Estoy mordiendome los nudillos desde hace dos días cuando descubrí que en Donosti, ciudad “cinéfila”, no proyectan la película de Persépolis, de la que ya he hablado por aquí.
Cuanta hipocresía por parte de los gestores culturales del ayuntamiento y, sobre todo, de los encargados de los cines. Que asco ver listado en mil salas la enésima aparición de Mila Jovovich y su matazombies absurdo y que no dejen un hueco para una película que, atención, fue estrenada en España precisamente aquí, en el último festival de cine. Mientras van cerrando salas y ahogan a las habituales del circuito marginal, tenemos ahora mismo 4 multicines con exactamente la misma cartelera.
A ver cuanto dura el Trueba. El único que aguanta.