Dentro de un poco más de una semana comienza la Semana Grande donostiarra. Festividad para guiris durante la cual gran parte de jovenes donostiarras huimos de vacaciones o simplemente nos escondemos en el agujero mas profundo de esta insigne villa. Pero no escribo esto para criticar estas fiestas sin par. Escribo esto por que ayer saliendo de la biblioteca agarré un programa de las fiestas, con la esperanza de encontrar algo de contenido, encontrandome, con un continente aberrante. El cartel -a la derecha-, ya era bastante horroroso. Blanco y negro, psá, podria haber funcionado. Tipografía Impact, ¡no por Dios!. Letras simulando fuegos artificiales y sillita con respaldo de la barandilla, ahi, aprovechando topicazos.
El caso es que, el programa impreso, sigue la misma dinámica. Directamente parece que lo ha creado cualquier neófito del freehand/illustrator, con un windows pelao de tipografías, ni puñetera idea de qué hacer y con la premisa de la economía de impresión. El programa no es práctico, casi marea el blanco y negro, no es legible y, para colmo, está fatal maquetado. Es increible que en el interior del cuadernillo, se vé que estaba pensado tener el programa condensado en la hoja interior para poder arrancar y llevarlo en el bolsillo. Esa era la idea. El resultado, una mitad en la hoja interior del cuadernillo, otra mitad en la siguiente. Una chapuza.
Talar arboles para esto…