Entrevista a Antonio López

He encontrado una interesante entrevista que le hacen en la universidad de valencia a Antonio López. Pintor hiperrealista, punta de lanza de este movimiento en España y en Europa.

ANTONIO LÓPEZ, PINTOR

“SIENTO AÚN LA LLAMA ABRASADORA QUE ME EMPUJÓ A LA PINTURA A LOS 13 AÑOS”

El maestro del realismo, que comparte su saber con 25 jóvenes de la Facultad de Bellas Artes de Valencia, conserva la pasión por su trabajo, aunque cree que el arte actual es muy pesimista

Enrique Boix / Valencia

Rodeado de caballetes y lienzos, clavados entre cabezas de pollo y sandías, el maestro del realismo, el manchego Antonio López, nos regala quince minutos largos de su tiempo para contarnos su experiencia con los 25 jóvenes a los que está impartiendo esta semana un taller de pintura al natural. A pesar del calor en el aula, el aire que se cuela por la ventana que da al Camino de Vera envuelve de manera agradable la distendida charla con el pintor de Tomelloso, un hombre campechano y sencillo.

-¿Cómo está siendo la experiencia con estas jóvenes promesas? ¿Todavía le queda por aprender a usted también?

-La experiencia es muy interesante. A mí me gusta. Hay otros compañeros que no quieren saber nada de estas cosas, porque les parece complicado y no se quieren comprometer. Para mí es un placer estar con otros pintores más jóvenes. Es un motivo para hablar de lo que nos apasiona, nuestro trabajo. El único inconveniente que te topas en estas actividades es que a veces te encuentras en situaciones difíciles, que no sabes qué decir a algunas preguntas que te hacen.

-Después de impartir varios talleres por España, ¿cuáles cree que son las inquietudes que les mueven a los pintores jóvenes?

-Todos juntos vamos en búsqueda de la verdad, de la mejor manera de contar lo que nosotros queremos contar. Tal como están las cosas es muy complicado encontrar tu espacio, tu voz, porque siempre hay interferencias. Estas reuniones sirven para hablar de nuestras dudas y convicciones.

-Usted les suele recomendar a los jóvenes creadores que se atrevan a ser ellos mismos. ¿Ese atrevimiento, que llega incluso a la osadía, no puede hacer que la gente de la calle no llegue a entender su arte?

-Claro, claro. Esa osadía… (Sonríe abiertamente) En eso estamos todos. La verdad es que te pueden premiar o te pueden dar un garrotazo. Eso ha pasado siempre y no es una novedad. Ahí está el arte.

-En el taller que está impartiendo en la Facultad de Bellas Artes de Valencia les dijo a sus alumnos que el arte para vender no existe.

-Así es. La pintura es una profesión como la medicina. Es obvio que te ha de dar lo suficiente para vivir, eso está claro. Pero no pintas para vender ni para hacerte rico. (Y vuelve a sonreir).

-Dedica mucho tiempo, a veces hasta décadas, para elaborar sus obras. ¿Durante el tiempo de ejecución siente momentos de desencanto y abandona el cuadro o la escultura?

-Lo grave es abandonar tu trabajo. Abandonar la obra lo hago constantemente, aunque luego la retomo o no. No se acaba todo lo que se empieza. Lo grave es cuando la fatiga es profunda y piensas en dejar el trabajo, porque te pesa demasiado.

-¿Piensa un pintor en la jubilación?

-Un pintor no se jubila nunca. No conozco pintores jubilados. De viejo dices las cosas de otra manera diferente a cuando eres joven. Todo lo que narra Goya de viejo sólo lo puede decir un hombre que ha hecho un recorrido largo.

-Se formó junto a su tío Antonio López Torres, también pintor. ¿Las razones que le movieron a dedicarse a la pintura cuando era adolescente o joven todavía las mantiene vivas? ¿Qué le ha hecho cambiar con el tiempo?

-Yo empecé a los 13 años, cuando sentí dentro una llama abrasadora, como un incendio. Sentí que la pintura era lo que más podía gustarme del mundo. No he perdido pasión en el trabajo, aunque a veces te canses. Esa llama contiene la emoción que la vida te produce y la necesidad de contar eso.

-Se le define como un maestro del realismo e incluso del hiperrealismo. ¿Considera que ese realismo puede convertirse en pesimismo al mirar a su alrededor?

-El arte de nuestra época es muy pesimista, juega mucho con el pesimismo, abusa de él y llega a ser una pesadez. Hay gente que se pasa todo el tiempo mostrando lo más desagradable, como si fuera lo único en la vida que se puede demostrar. Te topas con todo eso aunque no quieras, luego lo podrás mostrar en tu trabajo o no.

LOS MIEDOS Y EL SENTIMIENTO DE LAS COSAS DE UN ARTISTA SERENO

E.B./ VALENCIA