Este año se celebra en Madrid la vigesimoséptima edición de la feria de arte contemporáneo, Arco. Este año ha tenido bastante controversia dada la mayoritaria presencia de galerías extranjeras frente al, cada vez menor, empuje de las galerias estatales. Éstas, las galerías españolas, han caido frente al poder de la oferta y la demanda, según comenta la directora de Arco.
Vaya por delante, ya que ésta es mi página y no soy reportero, que yo soy un firme detractor de Arco, desde hace ya muchos años. Arco es una feria. Una feria es un mercado. Por mucho que te intenten vender la idea de promoción del arte, allá nadie busca promocionar nada salvo sus ventas.
Retomando el hilo de lo que decía, las galerías españolas, muchas excluidas en esta edición después de muchas participaciones, han caido frente al empuje de las cada vez más, galerías extranjeras. Como consecuencia de esta ausencia, sus ventas mermarán en unos porcentajes variables pero muy, muy importantes. Asi que, no podían quedarse de manos cruzadas ante semejante pérdida. Ni cortos ni perezosos escribieron conjuntamente hace ya unos meses, en septiembre, un manifiesto exponiendo lo que ellos llamaban un atropello por la falta de paridad entre la presencia de galeristas españoles y extranjeros.
Mas allá de lo que opinen las galerías perjudicadas como lo que opine la directora de la feria, Lourdes Fernandez, me parece patético el cruce de declaraciones que se ha venido viendo en los medios de comunicación acerca de este tema. Es un berrinche en toda regla. Señores galeristas, el mismo criterio que aplican ustedes para echar el barro sobre la obra de alguien que está empezando -y no seré yo ni nadie de mi entorno, pero soy consciente que son cosas que han pasado y seguirán pasando- les han aplicado a ustedes. Si un artista no vende, a ustedes señores galeristas, no les interesa cederle su espacio expositivo. En cambio, cuando una feria, que es un mercado realmente, le aplica el mismo criterio a ustedes, entonces es un atropello y se está frenando la progresión de muchos artistas nóveles españoles.
Señores, son ustedes unos hipócritas.
Ahora, puedo hablar de Arco, ya que ni mucho menos lo defiendo. Tan insigne acontecimiento, de visita obligatoria, según nos contaban el profesorado de la facultad de bellas artes de Bilbao, esta feria es tan relevante como el mercado de frutas, hortalizas y carne que tengo a diez minutos de casa. Aqui la gente no se dedica a promocionar ni promover el arte de actualidad, el arte interesante. Sólo sacan el arte más comercial, por que el arte es comercio.